La Navaja de Ockham



Según principio de la navaja de Ockham, para explicar un fenómeno determinado, si tenemos dos o más hipótesis, lo más razonable es aceptar la más simple; o sea la que presenta menos supuestos no probados.

Este principio también conocido como parsimonia, señala que si ambas explicaciones están en igualdad de condiciones, no hay que tener en cuanta una explicación complicada si hay una más simple.

Esto obviamente no significa que la más complicada sea la errónea,ni que la más sencilla sea la acertada, sino que en la más simple existen más probabilidades de que sea cierta y es preferible elegirla hasta que haya razones bien firmes para adoptar una alternativa más compleja.

Esta base es un método que se supone válido para orientar mejor las primeras etapas de una investigación.

A menudo también se utiliza contra una serie de explicaciones dualistas que plantean la complejidad innecesaria de suponer un mundo mental y otro físico por separado, para luego acabar haciendo múltiples esfuerzos para explicar la relación entre ambos.

La idea en resumen es: no compliques las cosas cuando pueden ser simples.


El amor según Platón.




El amor platónico nos guía en la búsqueda de la perfección, de lo considerado bueno y bello.

Se establece una similitud entre el amor y la teoría de las ideas, ya que esta busca el conocimiento universal, la esencia de todas las cosas mas allá de las apariencias,de lo superficial; en resumen, el amor busca la belleza universal y etérea, huyendo de la personificación. 

La teoría platónica del amor se explica a través del mito de Eros, partiendo de una opinión cultural definida, hacia una visión mística que no niega sino que espiritualiza el amor carnal. Se podría decir que lo que se entiende por amor platónico, es la búsqueda de esa belleza universal, una belleza más importante, que esta por encima de lo terrenal y particular, una forma espiritual que nos guía hacia la bondad, la virtud y el bien. La teoría de las ideas busca, igual que el amor, la perfección de las cosas, abrir paso a la mente para dejar de lado los sentidos. 

La vida empieza con una visión muy ciega, es decir, solo nos centramos en los físico, pero luego con el tiempo logramos enriquecer nuestras almas y  gracias a ello nos acercamos al mundo de las ideas. Se podría decir que tanto la teoría de las ideas como el amor buscan la esencia de las cosas. 

Podemos, en cierta manera, comparar el amor y la filosofía, ya que filosofía es “amor al saber”. El filósofo practica una vida basada en la busqueda  del conocimiento, la belleza y el Bien, conceptos que también busca Eros.Por lo tanto el alma nos lleva hacia el Bien a través de la sabiduría.  El amor en su plenitud y el conocimiento absoluto nunca se alcanzan, porque son un objetivo utópico.

En conclusión, para Platón el amor es algo esencialmente puro y que se encuentra despojado de pasiones, dado que estas son esencialmente ciegas, materialistas y falsas. El amor platónico, por lo tanto, no se basa en intereses,sino en la virtud.
El amor platónico desde el punto de vista de la teoría de las ideas, significa que es perfecto, pero que (desgraciadamente) no es real, sino que solo existe en el mundo de las ideas.